martes, 11 de marzo de 2014

EFECTOS DE LOS INCENDIOS EN LOS QUELONIOS TERRESTRES

En los llanos venezolanos existe la creencia que los morrocoyes sobreviven a los incendios de la sabana sean  naturales o provocados, logrando sobrevivir al esconderse en sus guaridas o enterrándose hasta una profundidad donde las llamas no los alcancen, es un mito, la realidad, es que el morrocoy en contacto directo con las llamas o el calor intenso muere o sufre lesiones graves que le dificultan su supervivencia.


El último gran incendio calcina 152 tortugas

  





Seis de las tortugas que fueron calcinadas por las llamas del fuego en Son Doblons.

Seis de las tortugas que fueron calcinadas por las llamas del fuego en Son Doblons.  Foto: Samuel Pinya

El fuego forestal en la finca de Son Doblons acabó con el 83,5% de la población de dicha especie en la zona



ROSA FERRIOL. PALMA. Un incendio no sólo arrasa hectáreas de vegetación, sino que en la superficie yacen muertos numerosos cadáveres, en este caso, de tortugas mediterráneas (Testudo Hermanni). A principios de septiembre un fuego forestal, el mayor del verano, devoró casi 15 hectáreas de matorral y monte bajo en la finca de Son Doblons, en Petra. El daño no se limitó a la vegetación sino que las llamas se cobraron la vida de 152 tortugas.
Así se desprende del estudio elaborado por los voluntarios científicos de la Asociación para el Estudio de la Natura en colaboración con el Servicio de Protección de Especies del Govern. El biólogo Samuel Pinya, director de la investigación, explicó que el fuego acabó con el 83,5 por ciento de la población que habita en esta zona. Los voluntarios que realizaron continuas visitas a la zona abrasada únicamente lograron rescatar a un total de 30 tortugas vivas.
La investigación detalla que murieron 152 tortugas: 79 hembras adultas, 39 machos y 32 ejemplares juveniles. Samuel Pinya resalta que el equipo de voluntarios visitó durante varias jornadas la superficie quemada para tomar datos de cada uno de los cadáveres. El estudio, que duró quince días, empezó una semana después del incendio. La finalidad era evaluar los efectos que las llamas tuvieron sobre la población de tortuga mediterránea, una especie protegida e incluida dentro del catálogo balear de especies amenazadas.
Hay que recordar que el incendio de la finca de Son Doblons fue el más grave de la temporada y que fue extinguido rápidamente por el equipo de incendios de la conselleria de Medio Ambiente y los Bombers de Mallorca. 
Precisamente en la cuenca del torrente de na Borges, que abarca los municipios de Santa Margalida, Petra o Ariany se localiza una gran población de la tortuga mediterránea. Dicha especie también se encuentra distribuida desde la zona de Artà hasta Llucmajor. Samuel Pinya detalló que en municipios del interior también habitan algunos ejemplares.
El estudio señala que la alteración, pérdida y fragmentación del hábitat producida por los incendios y la urbanización son las principales amenazas para la tortuga mediterránea. La construcción de carreteras en zonas de elevada densidad supone una muerte continuada debido a los atropellos. El informe resalta que otro de los peligros es la cantidad de ejemplares que anualmente recogen los particulares, una práctica que reduce los efectivos reproductores y no reproductores de cada población.
La tortuga mediterránea es una especie especialmente herbívora y frugívora que ocasionalmente se alimenta de carroña de algunos animales muertos como conejos o pequeñas aves. Dichos animales habitan principalmente en montes bajos y matorrales. 
Los expertos indican que a principios del otoño y tras las lluvias de verano, las tortugas se dedican a alimentarse para ganar peso y pasar mejor el invierno. En primavera retoman su actividad para recuperar el peso perdido durante los meses de frío. Es a finales de primavera cuando las hembras depositan los huevos, que eclosionan tras las lluvias de verano.

LABLANCA
Les presento a una morrocoy que llegó a mi familia en el 2010. Su lesión en el caparazón se debió a un fuego controlado en una finca. Cuentan que amontonaron las hojas secas de una porción de un gran solar y esperaron a que no hubiese viento para quemarlas, en ese lapso de espera nadie notó que esta morrocoya se escondió bajo las hojas buscando tal vez el fresco, la sombra y un lugar para cobijarse, al comenzar la quema de las hojas y sentir ésta el calor intenso, salió de debajo del montón de hojas con la rapidez que su naturaleza le permite, su carapacho estaba algo chamuscado, la tomaron y me la dieron, yo la recibí, pero a los pocos días comenzaron a caerse sus escamas e inició a tomar el aspecto que le hizo ganar su nombre.



Actualmente en 2014, Lablanca ha perdido sus escamas en casi su totalidad, se le ve una cubierta amarillenta sólida. En estos cuatro años no ha crecido aunque se alimenta en cantidades similares a los otros morrocoyes de la familia y, además  nunca ha sido tomada en cuenta por los machos.




QUEMADURAS EN LOS QUELONIOS.

"Otras enfermedades cutáneas comunes en tortugas son quemaduras (por fallos en la regulación de la temperatura del agua en acuarios (en tortugas acuáticas) o por quemaduras controladas de césped o incendios forestales e incluso cables calefactores o bombillas térmicas demasiado cercanas   (tortugas  terrestres)). Se pueden realizar baños con clorhexidina o povidona yodada diluidos entre el 5 % y el 20% y aplicar antibióticos tópicos como sulfadiazina argéntica.  En  el  caparazón,  el  proceso  de  substitución  del  tejido  dañado  tarda  entre  1,5  y  5 años y consiste en un alteración del tejido epidérmico y dérmico pero que mantiene el hueso subyacente (Figura  1, puntos 1 y 2) seguido de un desarrollo de nuevo hueso y dermis por debajo del anterior (Figura 1,  punto 3) hasta que el tejido totalmente cicatricial provoca el desprendimiento del hueso antiguo (Figura 1, punto 4)" 

 Proceso de regeneracion de las escamas corneas del caparazón (Según MartínezSilvestre et al. 2000)




jueves, 6 de marzo de 2014

ALGUNAS CARACTERISTICAS DE LOS QUELONIOS




 Los quelonios típicos aparecen repentinamente en el escenario histórico en épocas tan remotas como el Triásico (248 a 206 millones de años atrás), al iniciarse el Mesozoico o Era Secundaria 




Desde entonces, estos animales se han caracterizado por poseer una armadura peculiar que les ha permitido sortear a una buena parte de sus depredadores, con el simple hecho de encerrarse en ella.
                  
Esta armadura está formada dorsalmente por el carapacho y ventralmente por el plastrón, firmemente unidos uno al otro por medio de los puentes. La concha está constituida por placas óseas, arregladas en forma de mosaico, que por arriba forman una bóveda, generalmente cubierta por escudos córneos. Esta coraza tiene dos aberturas, una en la parte de adelante, por donde salen la cabeza y los miembros anteriores, y otra atrás y hacia abajo, por donde salen la cola y los miembros posteriores. Existen dudas sobre el valor evolutivo de la concha, ya que es una pesada armadura que resta velocidad a los movimientos del animal, disminuyendo sus aptitudes cuando, por ejemplo, persigue a sus presas o quiere huir rápidamente de algún peligro.

El hecho de poseer una protección efectiva de los órganos vitales y al mismo tiempo llevar a cuestas un peso excesivo ha conferido a las tortugas una actitud defensiva, no de ataque, que les ha proporcionado más ventajas que problemas; ha sido un "pasaje seguro" a través de las eras geológicas que les ha permitido sobrevivir a sus compañeros en el tiempo y llegar a nuestros días en tal abundancia, que no hay duda de su éxito evolutivo. Sin embargo, paradójicamente, el hombre se está encargando de poner en desequilibrio en unas cuantas décadas esta lenta labor constructiva de la naturaleza, amenazando cada día con extinguir mayor número de especies.


Otra característica de los reptiles, y por lo tanto de las tortugas, es la reproducción por medio de huevos con cáscara, la cual puede estar ligera o completamente calcificada. Estos huevos se conocen como el tipo amniota, por poseer diferentes envolturas o membranas embrionarias, presentes también en las aves y en los mamíferos. Estas envolturas, el amnios y el alantoides, contienen los nutritivos líquidos embrionarios que favorecen el desarrollo del embrión; le proporcionan un medio acuoso con características estables, que incrementan la supervivencia y permite a los padres hacer más eficiente el uso de la energía y la materia de reserva, de tal manera que disminuye la necesidad de producir grandes volúmenes de huevos o de reproducirse de manera casi continua.


QUELONIOS


Según el diccionario Word Reference se define a estos como pertenecientes a la orden de los reptiles que tienen cuatro extremidades cortas, mandíbulas córneas sin dientes y con el cuerpo protegido por un caparazón duro que cubre la espalda y el pecho con aberturas para sacar la cabeza, las patas y la cola. Se divide esta orden en "tortugas terrestres y tortugas acuáticas"